Conoce de cerca "La Conejera"...

¿Sabes el proceso que ha tenido éste humedal?, entra y descúbrelo...


“RECUPERACION DEL HUMEDAL DE LA CONEJERA"



"Podemos soñar con una ciudad en la que abunden los espacios verdes, limpios y agradables, en donde nuestra intervención sea para favorecer la prosperidad de la vida en su forma natural. Una ciudad con lugares que valen mucho para todos por su oferta de vida, paisaje, conocimiento y alegría. Santuarios de Fauna y Flora en donde se respeta y se preserva la vida silvestre pensando que, de igual manera, la nuestra puede ser mejor."

Después de tanto luchar ya se pueden ver los resultados de todos los esfuerzos unidos de una comunidad,  que vista de que estaban acabando  con un ecosistema decidieron unir fuerzas y combatir el mal que los estaban destruyendo. Ahora se pueden dar a conocer la fauna y flora más representativa de los humedales de la sabana de Bogotá. Hace muchos tiempo los humedales se llamaban pantanos o como le decían los nativos "Chucuas". Hubo una época en la historia de la ciudad en que estos lugares eran considerados zonas disponibles para rellenar y construir nuevas urbanizaciones, así muchos fueron desaparecieron.

Afortunadamente se ha rescatado su importancia y se busca su recuperación como espacios verdes en donde prospere la vida silvestre en medio de la ciudad. Por ahora algunos humedales están inundados de aguas residuales y desechos que están afectando   a aquellas personas que viven cerca. Estas personas que  viven alrededor reconocen su valor y han aprendido a cuidarlo. Maestros, niños y mucha más gente  han cambiado algo de su actitud frente al humedal.




Breve historia del humedal La Conejera...





El humedal es un sistema intermedio entre el medio acuático y terrestre, con porciones húmedas, semehúmedas y secas, caracterizado por la presencia de flora y fauna muy singular. La contaminación del humedal afectó a la comunidad. Los niños esaban presentando problemas respiratorios y los olores provenientes del "botadero" eran insoportables, tanto así que las personas debían tapar con trapos las puertas y ventas para que los desagradables aromas no penetraran en las casas. Desconcertados por dicha situación, los habitantes del sector empezaron a investigar y llegaron al foco del problema. Sin embargo, más asombrados quedaron cuando al escuchar ruidos extraños al interior de aquel lugar se dieron cuenta de que no eran los únicos afectados, puesto que dichos ruidos eran la súplica de los pocos animalitos que luchaban por sobrevivir. Fue de esa manera como la comunidad descubrió que el en el que se encontraban no era un charco y mucho menos un botadero, sino un humedal, hogar de especies endémicas. Los niños y sus familias empezaron a luchar por reconstruir y salvar ese lugar, hacían cadenas humanas para enefrentarsen a las volquetas e impedir que arrojaran más basura y entablaron charlas con las instituciones de saneamiento solicitando apoyo para lograr proteger a las especies afectadas. La Comunidad logró acceder a financiación por parte de instituciones internacionales y sumando a esto los aportes voluntarios, contaron con los recursos necesarios para empezar la reforestación y revegetación. Cada familia adoptaba un arbolito y lo cuidaba hasta que estuviera un poco más grande y se pudiera defender solo.